13 ene 2008

Catálogos nocturnos

Algunas veces corría. Eso era hace mucho tiempo, sin embargo, gozaba al hacerlo. Sentir el viento, de vez en cuando algún rocío. Ahora no hace nada. Soy una planta, pensaba. Dio media vuelta y se encontró con todas las luces apuntando hacia él. Saludó a quienes conocía, y a los que no, también, Siempre es bueno ser educado, se dice a sí mismo. Le ofrecieron un trago, Gracias, dijo y se sentó. La plática no estaba interesante, por lo menos para él. La vida sexual de los desconocidos era de por sí asquerosa, imaginen. Lo primero que no querés saber cuando conocés a alguien es si se tiró a la de al lado. Y si te enterás, deja de parecerte bonita o, dependiendo de tus intereses y la necesidad de saciarlos, la fea se vuelve princesa. Al final todos somos cosas, y nos gusta serlo. De repente, sintió profundos deseos de salir corriendo de ahí. Se paró con la excusa de ir al sanitario y nunca más volvió a aparecer. Ahora dicen que un carro lo llevó por delante. Yo sólo pienso que no pudo con tanto. Hasta ese punto la sanidad es locura.

2 comentarios:

OTRAMIRADA dijo...

Seguro que buscando salvarse, está oculto en algún rincón oscuro, donde la locura no lo alcance.

Un abrazo

monajera dijo...

Hasta ese punto la sanidad es locura.....
los extremos....siii los extremos....te llevan a otros extremos...
La Insensibilidad puede ser provocada para salvarse de la Hipersensibilidad .....en fin, si filosofamos sobre el tema no terminaríamos nunca....

Abrazos...