No. No es que me las quiera llevar de culto, ni de nacionalista. Simplemente, a la marimba y, específicamente, a los sones, les guardo tal respeto. Seguramente, porque mi tan mencionada-en-el-blog abuela tenía esa fusión de gitana-española e india (con todo el respeto, y hasta con honor) que sólo el sincretismo pudo obsequiarle en un país como el mío: Guatemala. Y sí, mucha gente acá es una mierda completa. Y sí, también tiene cosas muy bonitas este pedazo de tierra. Y más que postear lo que siempre postea la gente, que se vaya el presidente y cosas así, prefiero con toda mi humildad y total aberración hacia la política compartir un suite del Paabanc que me parece totalmente delicioso al oído. Y sí, sólo de recordar cómo mi abuela sonreía al oír un son, o cómo hacía el mate por bailarlo -fracasadamente, pero logrando que yo fuera feliz-, se me escurren los mocos. Así que... para quienes comprendan, disfruten. Para quienes no, y quieran escuchar, escuchen. Y para los que les vale madre, seguramente encontrarán más blogs que se adapten a sus intereses personales y donde puedan sacarle toda la generación a los políticos y al presidente y organizar picknicks frente a la municipalidad. ;-)
Tengo una amiga. Se llama Carla Palomo. La conocí gracias a la Manzana (otra cosa que agradecerle a la Manzana, quizá la cosa más grande). Es madre, es trabajadora, y es hermosa. Su hija está en la edad de los Jonas Brothers y Miley Cyrus, y yo trabajo en una de las radios más pop y fresas del país. Así que a veces me pone al día con noticias y cuestiones que aprovecho para llevar como contenido del programa que conduzco de 1 a 4 de la tarde. Gracias a ella, y al trabajo, he aprendido a educar mi oído no sólo a la música que a mí me gusta personalmente. Y así fue que descubrí a la guapísima Taylor Swift. De entrada, uno prejuzga a la niña bonita, wannabe rockstar, sensación juvenil. Dicen que es country. Yo no la siento tan inmersa en el género. Sin embargo, me he descagrado su disco... y es fantástico. Comparto las dos canciones que más me han gustado. Si ponen atención a la letra, verán que no es tan rockstar. ¡Sí dice algo! Enjoy.
se me ha escapado la poesía entre mis dedos como el agua como el viento como arena como fuego
se me ha escapado la poesía como lágrima de invierno como humo de cigarrillo la he dejado libre tan libre como el verso
se me ha escapado la poesía en canon, como música sin ritmo
se ha llevado sus colores, la retórica estúpida para alargar conceptos, para crear conceptos, para moler conceptos
se me ha escapado la poesía y me ha llevado con ella en el bolsillo izquierdo junto a un corazón de duroport que he guardado tanto tiempo, infinito, interminable, en la guantera del carro
se me han escapado los versos: el papel ha quedado en blanco.
Hablar con mi Manzana, aunque sólo me responda monosílabos, es gratificante. La historia de mi Manzana, está de más que vuelva a explicarla (aunque si dan el click sobre ella, les aparece y la pueden leer o releer). Pero es que hay personitas tan... no quiero escribir especiales, porque sonaría trillado o cliché. Mejor escribo, hay personitas tan trascendentales en la vida que hacen que, con sólo recordar un segundo de historia compartida, se borre todo. Todo. Cuando un sentimiento así de grande se manifiesta, no cabe duda que, al menos de parte de quien siente el cambio químico y emocional en e cuerpo, existe una gran admiración y agradecimiento. Así que recuerdo hoy a mi Manzana, y cómo se come la ciudad donde se encuentra. Aunque sólo me responda monosílabos, la seguridad y libertad que me dio, renace. Aunque ya no sea como antes, aunque tenga otros objetivos, sé que sigue esperando la copia de mi libro por algo.
Nunca hubiera aprendido a desnudarme (cuerpo y alma) si no hubiera sido por mi Manzana.