28 oct 2007

Fotografía de la memoria.

Quiero recordarme de vos.
Tristemente, ya he borrado tu cara
de mi cabeza,
y el signo de interrogación me pregunta
si alguna vez exististe en realidad.

Sé de vos,
por la sensación de frío que dejaste en mi mano.
De frío y de hielo.
Recuerdo cómo se siente.
Pero no recuerdo tu rostro.

Tus fotos las he tirado a la basura.
Rotas, porque así te encontré:
en pedazos. En trozos.
Te he restaurado con recortes,
pero no sos vos.
Es sólo el frío en mi mano.
Las cadenas. El miedo.

Olvidé tu imagen,
quizá porque siempre cerraba los ojos,
como si no quisiera verte nunca.
Como si no quisiera haberte visto.
Como si cada poro de mi cuerpo desnudo
pudiese capturar tus líneas, para no perderlas nunca.
No pudo el poro.
Ni el labio.
Ni siquiera mi ojo travieso, al cual le tuviste miedo,
como si pudiera tu imagen quedar atrapada,
en una jaula,
en mi cabeza.

Me he olvidado de tu rostro,
que está cautivo, en mi mano.
Cuando la abro la veo menuda,
triste, rosada, y no te encuentro.
Ni te quiero.
Ni te espero.
Pero quiero recordar tu cara para que,
si en algún momento te cruzás de nuevo,
pueda buscar donde esconderme.

2 comentarios:

EL ANGEL NOCTURNO dijo...

Simplemente, precioso.
Un verdadero himno al recuerdo y a la nostalgia del amor perdido. Sobre todo, me ha encantado el último párrafo.
¿Qué decirte? Enhorabuena por estremecerme.
Nos seguimos leyendo.

fiona aixa dijo...

..Regalame un poco de esa capacidad de olvido, porque mientras mas lo intento, mas recuerdo...un poema precioso que me robo un par de lagrimas...
Saludos