Escrito hace algunos meses...
La araña tejió, cuidadosamente, su hilo. Utilizó la seda más fina y seductora para atraerme. Yo, desde abajo, observaba su sonrisa maliciosa y poco a poco me fui acercando a la trampa mortal. Era un alambre de púas, una breña de espinas… ¡pero tan hermosa! Yo ya lo sabía. Sabía bien que iba a caer en esa red. Sabía, también, que yo era la presa codiciada, el bicho que le faltaba devorar. Pero, aún así, cedí. Me dejé caer, pues, de espaldas y esperé a ser devorado. De primero me envolvió en la seda, húmeda y pegajosa. Luego levantó la mirada y al topar sus ojos en los míos me dio el ósculo fatal. Me dejé devorar. Me di completo a mi predadora, suntuosa y elegante. Le di el placer gratuito de mi nada. Y luego, en su estómago ya, sin poder salir, me entregué a un eterno letargo de desolación.
Ahora, no soy más que excremento...
4 comentarios:
Como demiurgo cruel tejió su seda para atraparte, para envolverte en un abrazo certero y fatal.
Ahora sólo excremento y desde allí volver a renacer.
Saludos
Cuántas veces nos dejamos atrapar por un sentimiento a sabiendas de que va a resultar fatal; Cúantas veces sabemos que, pese a ese horrendo desenlace, nos distraemos con el placer del momento; Cuántas veces habremos llorado finales infelices mientras escribimos la historia desde el principio...
Animo
ISIDRO
che, dejarse atrapar por el simple hecho de no querer luchar es estar a tono con los que toman el arma al inicio del alba... y bumm, no más. esa visión fatalista es anacronica, desgastada, algo así como el discurso eterno que inicio Bodelaire e imitó Hemingway.
te invito a que visites mi blog: www.sarvill.blogspot.com
Isidro y Otramirada: muchas gracias por sus comentarios, amigos.
Thanatos: muchas gracias por tu observación y tu crítica. Creo que a partir de estas uno mejora o empeora su propio estilo. Estaré dando algunas vueltas por tu blog. Un fuerte abrazo.
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