16 dic 2007

Historias de la Gran Manzana III

Acabo de encender otro cigarrillo. Será el último por hoy.

Ya no creés en mis palabras porque sabés que las sé usar bien. Desventaja del que escribe. No sirve de nada, entonces, que te diga la verdad. Mejor me voy. Finjo un dolor de espalda, y te dejo uno muy fuerte en el pecho. Yo también lo siento.

Y lo siento.

Tal vez no era el mejor momento para provocar que te cruzaras en mi vida. Pude haber esperado más, pude haber esperado más. Pude haber obviado la posibilidad: verte de lejos, nomás, y nomás pensar Me gusta. Pero no. Soy necio. Fui necio y te tuve. Y me tuviste, también. Aún algunos humores te recuerdan a mí, a mi sexo, a mi cuerpo. Yo, sólamente, cierro los ojos y sonrío para mí y pienso, Cuánto te quise, manzana, cuánto te quise. Te deben haber invitado a una copa, costumbre newyorkina para acostarse con alguien. Ahora, si es que son ciertas tus palabras, no te negaste. Y no fue una copa, fueron tres, y tres rondas de ganancia. Y yo, tres meses de celibato, cortesía de mi columna vertebral y las famosas cervicales. Ahora me servirán de excusa.

Vos ya no te excusés, que te dejo libre, con un gran dolor en mi pecho. Libre como el humo que sale de mi boca.

Y lo siento.

3 comentarios:

Mafer Barrera dijo...

amorrr!!! wow.. no se como le haces.. pero siempre me siento identificada con lo que escribis... gracias... porque muchas veces me haces pensar, meditar y darme cuenta de tantas cosas que tengo enfrente y no veo... te amo!!!

Anónimo dijo...

siempre disfruto leer tu blog... vos lo sabes, siempre te lo digo, me encanta lo q escribis... pero no se porq nunca me atrevo a dejarte un comentario, aunq este no sea la gran cosa es solo para recordarte q te leo siempre... y me encanta hacerlo!!!!! segui siempre asi pollita

Black dijo...

hoy si se paso maestro, que buen texto el que acabo de leer, eso de que dejas libre como el humo que sale de tu boca eso es amor del bueno el que no es egoista