17 ago 2008

Acerca de un portafolio inolvidable

Nunca he logrado definirme. Al contrario de muchas personas que se consideran punk, o bohemios (¡la bohemia ya está muerta!), o intelectuales, o rockeros, yo nunca he podido etiquetarme a mí mismo. Ni siquiera gente que me conoce desde hace más de quince años ha podido definirme o etiquetarme. Soy cualquier persona. Y si, de hecho, tuviese que etiquetarme, sería algo así como poeta/raver-clubber/músico/fotógrafo/hippie/bipolar. Creo que no sirve de nada, entonces, intentar buscar el punto donde todas esas facetas se reúnan. Ni me interesa, es verdad.

Hace algún tiempo - más de año y medio atrás - tuve una experiencia hermosa. Extraña, pero hermosa. Obligadamente llevé el curso de Fotografía en la universidad. En aquel momento no hubiera imaginado, quizá, involucrarme tanto en una clase en la cual yo, siendo lo más sincero que puedo, sólo quería ganar. Siempre consideré que la fotografía era muy cursi. Y sí, seguramente, muchas veces lo es. Sin embargo, tiene un lado poético, metafórico, mediante el cual uno puede, no sólo plasmar una imagen bonita, sino expresar el triple de lo que se quiere con cualquier otro medio.


Tuve la ventaja, o desventaja, de tener una catedrática disléxica - como yo -, obsesiva compulsiva - como yo - y con déficit de atención - de eso sí me salvé -. Sí, confieso que de entrada detesté a Monique. Pero pronto, y hablándonos más, me di cuenta de que su percepción y pasión hacia la fotografía haría, definitivamente, que la mía cambiase por completo. Y así fue. La tarea fue hacer un portafolio con una temática. Obviamente, no puedo desligarme de las palabras, y como algún doctor en arte, semiólogo, o no sé qué, me dijo alguna vez, Usted usa las palabras como arma de defensa porque sabe usarlas.
Así fue como fui tomando fotos de cualquier cosa que me recordase cualquier otra cosa de cualquier poema. Sin haber sabido absolutamente nada de Photoshop, Fireworks, Corel, Nero y Freehand (ahora conozco algunos otros programas más), comencé a trastearlos y a descubrir que mi mente deformada podía crear texturas e imágenes que me trasladasen directamente a ese punto donde el poema nació. Y surgió un portafolio de 26 fotografías (o artes digitales, como dije, nunca he sido nada completo) que, hasta hoy, me sigue gustando.

Gente de diseño me dice que es muy colorido, muy
chinto, muy poco comprensible... pero yo no quise nunca hacer trabajos ni de diseño, ni de arte, ni de nada. Simplemente, hacerle un trono a mis poemas. Y eso, señoras y señores, es mi gusto y mi gana. Claro, y por supuesto, he tomado los consejos clave para saber un poco más de la infinidad de cosas que me hace falta conocer sobre los círculos del color, y la jerarquización, e Illustrator con Aurelio, y muchas cosas más. Sin embargo, en un primer acercamiento, y a sabiendas de que no tenía ninguna experiencia con cámara o programas de edición, quedo satisfecho con este portafolio. Dejo algunas muestras para quienes quieran ver un poco de la primera vez que tuve contacto con esto. Salud.



Hablemos en silencio
Luis Pedro Villagrán


Hetéreos
Luis Pedro Villagrán



B/N
Luis Pedro Villagrán


Lips
Luis Pedro Villagrán


Alcoba
Luis Pedro Villagrán


Blanket friends (bells for him)
Luis Pedro Villagrán



L'amour
Luis Pedro Villagrán


Homónimo
Luis Pedro Villagrán

2 comentarios:

Duffboy dijo...

Saludos men! Me gustó en particular el arte de Blanket Friends. Te dejé un post de felicitaciones, con video incluido, en Primer I. Felicidades de nuevo por el aniversario blogger.

lu! dijo...

yo ame la foto tambien cuando lleve foto 1.... y la foto cursi :( no niño noooooo la foto es vida, son segundos supendidos de vida, por eso la amo.

saluditos pues!!! ahhh esta pendiente mi colaboracion, espero que te guste...