6 ago 2008

Sobre las Historias de la Gran Manzana

Cuando empecé a escribir esta colección de poemas, no imaginé que fuesen a ser lo que son hoy en día para mí, para mi Gran Manzana, y para mucha gente. Mucho menos imaginé que fuese a ser por estas historias que me publicasen por primera vez en la fanzine ZUM al lado de geniales como Luis Alejos, Javier Payeras, Juan Pablo Dardón y León Aguilera, entre otros. Nunca he pensado que yo esté a su nivel. Yo no pensé verme impreso, nunca. Claro, el sueño de cualquiera que escribe, es ése: ver impreso su nombre. Pero no es eso de lo que quiero escribir. Más bien, quiero hacer una breve reseña del por qué de las Historias de la Gran Manzana. Y es que vale la pena conocer un poco de lo que movió ese desangramiento poético en aquellas fechas y que, aún ahora, al escuchar la turbina de algún avión, me hace recordar.

Octubre de 2007. Conocí a quien siempre será el amor más intenso de mi vida, sin temor a equivocarme, ni a subestimar a ninguna de las personas con las que he decidido compartir mi vida. Cometí la fortuna de enamorarme, como loco, desde el primer día. Y es que la situación se prestó para ello, y hubo una química y una holística inmediata. Sí, como soy enamorado del amor, me dejé conquistar por el sentimiento. A veces es mejor dejarse llevar. Como alguna vez le dije a alguien muy especial, el negro y el blanco también son buenos, no todo debe ser gris. Poco tiempo después del primer beso, que cabe señalar, también fue el primer día, me enteré de que tenía que viajar: tenía un puesto de trabajo en Nueva York y ya todo estaba listo para su partida.
De igual forma, decidimos empezar una relación, la cual, de hecho, y totalmente seguros de ello, sabíamos que no podría durar más de tres semanas.

Esas tres semanas fueron intensas. Emocionalmente deliciosas. Intelectualmente orgiásticas. Sexualmente fabulosas. Era un paquete completo de felicidad. Y me enamoré, y enamoré, también. Gran fortuna.

Partió, mi Gran Manzana, hacia la Gran Manzana, y nunca más nos hemos vuelto a ver. Hu
bo un período doliente, otro de perdón, y actualmente cuenta como una de mis mejores amistades. La lejanía no importa. Nos tenemos de la forma que más quisimos siempre: como amigos, como confidentes, como cómplices. Sé que no va a regresar por ningún motivo. Y sé que, de hacerlo, sólo me enloquecerá más. Pero sé que cuento, por siempre, con una persona que me inspiró los sentimientos puros de esta colección de cuentos y poemas urbanos, con exceso de sentimiento y sinceridad. A mi Gran Manzana, siempre gracias, eternas e infinitas, por lograr una familia de más de 30 cuentos y poemas que me han dado vida, y han dado vida a muchas y muchos. Por hacer que me sincerase conmigo mismo. Por recordarme que existen muchas definiciones pseudomuertas. Por todo. Allá, en la Gran Manzana, espero que encontrés la felicidad, y espero encontrarla yo, aquí.

Por siempre, nuestros, N.

3 comentarios:

Juan Mas dijo...

De alguna forma, tiernamente loco y eroticamente incomodo...

chulo chucho colocho dijo...

un fuerte abrazo

Mafer Gutiérrez dijo...

Amigo mío...espero q esa gran manzana siga inspirando su corazón, porque esas pasiones y esos amores son pocos y por largos o cortos que sean nos hacen ser honestos con nosotros mismos y nos hacen crecer! ¡Sigamos creciendo!
U know I love U!