9 oct 2008

poesía

Huiste de mí
porque te diste cuenta
de que soy muy bueno.
Porque mi amor, para tus caprichos,
es demasiado grande.
Porque mi complejidad
es perfecta.
Porque mis labios
saben a sangre.

Huiste por el cielo nocturno,
pero olvidaste que de él soy dueño.
Que la luna es mi hermana
y las estrellas mi reflejo.

En fin…
Huiste de mí
porque te diste cuenta
de que soy bueno.

Porque para amarte
me sobraron la voluntad
y los versos.

1 comentario:

Luis Guillermo Franquiz dijo...

¡Me ha encantado! Fabulosa escogencia de palabras. Disfruto con esa serena certeza de apreciar la pérdida en el otro. Me llega en un buen momento. Gracias.