14 dic 2008

l'adieu

Fue en el portón de tu casa. Siempre voy a recordarlo. Estaba por irme. Recosté mi brazo en tu carro, y miré al suelo. Tenía mucho miedo de verte. Aún siento el miedo. Intentaste retenerme por última vez. Yo, realmente, no quería irme, pero supe, y aún sé, que debía hacerlo. Antes de abrirme la puerta me dijiste muchas cosas. Que aún no te encontrás, que te estás buscando, y que yo estoy igual que vos: perdido, y buscándome. Que lo hiciéramos. Que nos buscáramos. Yo seguía viendo al suelo, porque tenía mucho miedo de verte. Porque sabía que en mis ojos ibas a notar que estaba rendido. Rendido, y muerto del miedo. Rendido, muerto del miedo, y sabiendo que no iba a tener las fuerzas requeridas para mantenerme sólo como tu amante. Y no te enojés; esa es la palabra correcta para describirme a mí y a mis funciones con vos.

Levanté la vista, y negué ver tus ojos. Balbuceé un par de palabras. Ya no recuerdo cuales; seguro sin importancia. Te seguí escuchando y noté tu sinceridad. Que no va a pasar nada malo. Pero eso no podés asegurármelo vos, ni nadie. Ni yo, con mi propia voluntad. Lo que era y es seguro, aún, es que no tengo las fuerzas para ser amante de nadie. Tristemente. Siempre viendo al suelo abrí la puerta. La luna se veía guapa. Y vos, como siempre y a tu modo peculiar, también. Pensé dos veces antes de dar el paso, y lo di. Viendo al suelo. Noté que te quedabas en la puerta mientras yo subía al carro. Me estabas viendo, triste.

Fue en ese momento cuando decidí verte. Verte dentro del carro para no desarmarme frente a vos. Y memoricé tu pelo, y tus pestañas perfectas. Memoricé los oyitos de tus mejillas y tus labios gruesos. Memoricé tus gestos y recordé algunos otros que no habías repetido. Memoricé tus piernas, tus brazos y tus ojos. Y memoricé todo. Memoricé todo para que no se borrara nunca. Para que nunca se borre el recuerdo de la historia más hermosa que jamás hubiera imaginado contar.

3 comentarios:

Abril dijo...

En los recuerdos se vale guardar todo, no importa la cantidad de cosas que querras empacar.


Un fuerte abrazo.

p.d. Te lo digo de nuevo, aveces las palabras son mas peligrosas que las caricias.

Mafer Gutiérrez dijo...

los recuerdos idealizan...cuando idealizamos no siempre superamos! se lo repito de nuevo...DEBIO SER LA OTRA PERSONA LA AGRADECIDA DE TENER A SU LADO A ALGUIEN COMO UD! y no al revés! =0)

lusvin gonzalez dijo...

que chilero... transmites todos los sentimientos y emociones y en verdad se sienten... como si estuvieran en el aire.... genial!!!!