17 feb 2009

¿Qué estamos haciendo?

Pasé todo el día pensando en cosas sin importancia alguna: cosas del trabajo y una publicación de un evento en prensa. Ahora, es lo que menos me importa, y sé muy bien que perder mi trabajo es nada en comparación con otras situaciones que vive el mundo, que viven anónimamente, y que me han golpeado de repente con mucha fuerza.

Recién veo una documental sobre las violaciones a mujeres y niñas en Congo. Me identifico con el discurso feminista del cuerpo. Me identifico muy bien, y puedo comprenderlo. Claro, nunca en su totalidad. Claro, nunca totalmente. Pero lucho. Ésto, porque he vivido entre mujeres desde que nací, y desde siempre he tenido muy presente el valor de la mujer para la sociedad. La mujer es el tesoro más grande que tiene una sociedad.

Ví historias de mujeres que fueron violada por más de veinte hombres. Sí, veinte hombres, si así se le puede llamar a estos entes que de manera salvaje perpetran estas atrocidades, dañando cuerpos y almas. Familias y personas. Conocí la historia de una mujer que fue violada, no por un cuerpo, sino por un machete. Otras, que fueron obligadas a comerse a sus propios hijos. No faltaron aquellas que fueron torturadas con alambres, y a las mujeres embarazadas a quienes les provocaron el aborto haciendo saltar a sus hijos mayores sobre sus vientres, y luego, obligadas a comerse los frutos de sus vientres. Y claro, claro que sentí rabia, cólera y desprecio por los causantes de estas aberraciones. Pero sobre todo, admiración y respeto por la fortaleza, coraje y real sentido de valor que estas mujeres me transmitieron.

Qué me importa una publicación en prensa para promocionar un evento. ¡Qué me importa! Qué me importa cualquier cosa. Para no irnos tan lejos, miles de mujeres fueron violadas y torturadas en nuestro país durante la guerra interna, y muchas otras continúan siendo violadas. Ya por sus esposos, por "policías", por seres insensibles e inhumanos. Y sí, estoy lleno de rabia. Porque tengo una madre. Tengo una hermana. Tuve una abuela de puta madre. Y tengo primas, tías, amigas. Y sé que estas cosas que comenten estos crímenes, las tienen también. Es atroz. Vamos, nosotros los hombres a intentar comprender.

En este mundo ocurren reales atrocidades gracias a pendejos como Bush, y toda la retahíla de imbéciles similares o wannabes. Y gracias, también, a la falta de valoración del papel de cada ser humano dentro de la sociedad. Mujeres, niños, niñas, gays, lesbianas, y los autoetiquetados "normales". Todos fungimos un papel importante para la sociedad. Y es ahí donde se debiese ubicar la diferencia entre el animal y el ser humano: en conocerNOS y saberNOS importantes para que este mundo gire correctamente. En valorar a la persona que está a nuestro lado, y a 50,000 kilómetros. Todas y todos somos responsables de cualquier acto que acontece en el mundo. Todas y todos tenemos derecho a expresar nuestra aprobación o desaprobación hacia lo que acontece en nuestra casa, entiéndase, el mundo.

Quisiera escribir más despacio, más tranquilo, sin tanta cólera. Pero de momento... de momento no puedo más que seguir admirando el coraje que tiene toda la gente que ha sido víctima de cualquier suceso violento, y sigue caminando. Mientras muchos otros rockstar continuamos ahogándonos en un vaso con agua.

1 comentario:

Carla dijo...

Me recuerda la pelicula que mas me ha hecho llorar en mi vida que es referente a este tema.. Un día de abril.

Después de ver este tipo de cosa creo que uno comprende bien porque el mundo nos esta eliminando poco a poco y no tengo cara yo para preguntarme; porque este terremoto? o porque aquel tifón? o de donde tantas inundaciones?

Me a a doler cuando afecte a alguno de los mios claro esta! pero no porque pase a kilometros de mi deja de dolerme.

Lo único que puedo hacer al momento es agradecer por la oportunidad de ayudar a quien puedo cuando puedo.