18 mar 2009

Retrospectiva

yo también tuve la culpa
por aplazar esta agonía
innecesaria y dolorosa
por seguir pensando
"Ahora, quizá..."

nunca he dicho, lo juro,
que la culpa es tuya, completa

yo también tuve la culpa
por mentirte un par de veces
para que te quedaras
para endiosarme
y endosarme a vos

yo también tuve la culpa
por enamorarme sin miedo
por apasionarme en tus manos
y en tu pelo
por beberme en tu saliva
por provocarte y seducirte descaradamente
hasta lograr mis cometidos

yo también tuve la culpa
por jactarme de ser pulcro, y tener manchas
y por buscar otros horizontes
en momentos de abandono
cuando vos no estabas

también tuve la culpa, y lo acepto
por escribir todo y contarlo
por no pedirte permiso para hacerlo
por haberte convertido en mi poesía
en mis versos
y en mis estrofas malogradas

yo también tuve la culpa
por bailar descalzo en la playa
y en los bares
por disfrutarme los lugares que vos temías
claro, sin hacerte daño, pero tuve la culpa

yo también, amante, tuve la culpa
de cualquier estupidez cotidiana
de ser persona, y cruzar la calle sin ver
de querer romperte la boca de un beso
y callarte tus monstruos
de querer volverte una deidad
y asustarme con tus defectos
de quererte y esforzarme por cambiarME

yo también tuve la culpa
nunca he dicho lo contrario

que no sólo vos sos culpable
que no te acuso de nada
más que de ser
como cualquiera diría
mi excusa perfecta
para volverme loco y resultar enamorado
para darme un motivo de existencia
ese respiro
para sentirme, como vos, amado y atractivo
sin saber, por supuesto, amante,
todo esto que sabemos
que cerramos con candado
en un nuevo cajón

también tuve la culpa
por creerme más grande que París
y que sus calles, y sus torres
por querer vencer obstáculos
que no eran míos
por forzar encuentros y situaciones
(de lección me queda no hacerlo más)

tuve la culpa, también, amante
de prometer cosas increíbles
y de escribirte con el humo
de abrazar almohadas
y aparear ilusiones

yo también tuve la culpa
de enloquecerme cuando me frustraba
de llorar cuando era hora de besar
de besar cuando era hora de llorar
de callar, de hablar y de proclamar
de quererte guardar en una jaula

también, la culpa tuve
de no comprender, ni comprenderme
de no pensar y pensar de más
de construir historias de agua
y de esperar, y forzarte a esperar conmigo
de no permitir tu autodescubrimiento

yo también tuve la culpa
y no es carga, ni dolencia
porque sabés que como nunca
me perdí en vos
para renacer ahora
cuando florecés entre las piedras
de aquella cama
donde me acustaste
una de aquellas noches
de querer buscar venganza

y es aquí donde agradezco tus ojos
y es aquí donde agradezco tu regazo
cuando descubro, con dolor, que no somos, finalmente, tan distintos uno del otro.

* * *

Ojalá algún día lo pasés leyendo. Con mucho respeto, admiración y cariño.
Cierro con candado.

5 comentarios:

Abril dijo...

aaaaaaaah no vos no te andes culpando por cosas que disfrutaste.


un abrazote amigo.

Anónimo dijo...

haaaaaaaayyy me hiciste suspirar... vaya inspiración...
primera vez que pasó por tu blog y me ha encantado!!

increible!! estoy sin palabras

Gabriel Woltke dijo...

un saludo viejo, que buen pedo lo de tu libro suerte con el tiro y alli estamos mano.

salú viejo
brindes blogger

Anónimo dijo...

ay ay

dulce venganza.

Mafer Gutiérrez dijo...

¡Qué fácil culparnos para excusar a los demás!

Como siempre, mis respetos polluelo. Palabras simples, sabiamente colocadas para expresar con belleza los sentimientos que todos podemos tener en algún momento.

Love U!