20 jul 2009

introducción

que no he perdido el sentido del humor
ni la capacidad de sonreirle a un niño
ni de contemplar las ramas secas del ciprés muerto
que adorna mi ventana.

que no me ha faltado la palabra
ni el silencio
ni la voluntad de crecer por dentro
y no dentro de cualquier otro cuerpo.

que no he perdido la sonrisa que me acusa
de cualquier travesura infantil o adúltera
ni he dejado de desnudarme con la gente
o de sentir otros cuerpos sudorosos ejerciendo presión
contra el mío.

que no me ha faltado el valor para abrir la ventana
cuando despierto, y dejar que el viento
mande a la mierda toda mi poesía y mis papeles
o se lleve el sonido del piano cuando canta lastimero
mis ridículos pseudo-intentos-de-vals.

que no me da miedo que se cierren las puertas de tortazo
o que me pierda viendo el cielo nocturo
recostado en el jardín (sé muy bien que Sofía siempre lo pinta para mí)

que no me da nostalgia recordarte a vos
o la Manzana. O a cualquiera de mis tiernos recuerdos
de esos días cuando la fe me hacía invencible entre sus brazos
y yo era mejor que Spiderman. Más grande que el universo.

que no he perdido nada en todo este tiempo
más que la razón y el entendimiento
que hacerme el loco y el idiota no me ha costado en esta vida,
pero, ¡ah! Cómo lo he gozado.

1 comentario:

Abril dijo...

Te he estado leyendo, me gusta como ha ido madurando todo.


Saludos, y abrazotes guapo