4 ene 2010

Diálogo I

a: ¿Es por eso que ya no querés estar conmigo?
b: ¿Por qué?
a: ¿Por eso?
b: ¿Qué es eso?
a: Él.
b: Ah...
a: Es por eso, ¿verdad?
b: Sí...
a: ¿Por qué?
b: ¿Por qué, qué?
a: ¿Por qué es mejor?
b: Porque es carne fresca.
a: Yo era carne fresca, ¿no?
b: ¿Ah?
a: Yo era carne fresca. Antes que él, ¿no?
b: Sí...
a: Y él va a ser carne vieja. Carne comida, eventualmente.
b: No sé. No sé.
a: Yo sí lo sé.

* * *

b: ¿Querés hablar?
a: ¿Qué? Perdón, no te estaba poniendo atención.
b: Que si querés hablar...
a: Sí. Sí quiero. Simplemente, no sé de qué hablar ahora.
b: De todo, como antes.
a: Como antes, cuando lo que te interesaba era la carne fresca. Mi carne fresca, ¿así?
b: No. No quiero que pensés eso...
a: Entonces decime vos qué pensar. Decime vos sobre qué hablar. Así dejo de perder mi tiempo conmigo y con vos. Con este plato vacío.
b: No está vacío...
a: No te entiendo.
b: Antes me entendías...
a: ¡Porque quería entenderte! Ahora ya no me importa. Querías carne fresca.
b: Te quería a vos.
a: No. Querías la idea que era yo para vos. La idea de peligro, de desafío. La idea de que yo, por tener 12 años menos que vos, era manipulable. Y ahora te das cuenta de que no es así.
b: No es eso...
a: Claro que eso es. Y ahora te da miedo que no seás vos quien lleva las riendas de esto. Y por eso buscaste "eso". Porque "eso", definitivamente, es menos que yo.
b: A veces me da miedo que me leás de esa manera...
a: ¿Por qué?
b: ¿Cómo que por qué?
a: Porque sos predecible. Poco fascinante.
b: Si ya sabés la respuesta. Si ya sabés que me duele la respuesta. ¿Por qué la das? ¿Por qué decís todo eso? Eso sólo hace que yo quiera correr más rápido lejos de vos.
a: Eso es lo que quiero. No quiero ser yo ahora el que huye. Quiero que vos huyás de mí.
b: ¿Por qué?
a: Porque toda mi vida se ha basado en huir. Porque siento que yo no merezco algo. Porque siento que no soy suficiente para algo, para alguien. Y es entonces cuando la gente mediocre se queda con lo que es mío. Y quiero eso para vos. Tenés 33 años. Casi 34. Quiero que veás que no soy mediocre, y que no tengo miedo de que te vayás. No me da miedo perderte. A vos te da miedo la soledad. A mí no. Yo puedo conmigo.
b: En este momento sería capaz de golpearte muy fuerte...
a: Podés hacerlo también. Es lo que menos miedo me da. Y es lo más predecible. Pero, seguramente, ahora que sabés que te leo, y ahora que no querés sorprenderme, lo vas a dejar de hacer. Y eso me da la pauta para pedirte que, por favor, te vayás.
b: ¿Adónde?
a: Con eso que vos querés, y que no necesitás. Que yo ahora me quedo con lo que quiero y con lo que necesito. Vos ni siquiera sabés qué buscás. Al menos yo, ahora, sé que no te quiero a vos.
b: Sos una mierda.
a: Sí. ¿Adiviná de quién aprendí?

No hay comentarios: