4 ene 2010

Diálogo II

Hace unos días estaba recordando cómo pasábamos el tiempo tomando café y comiendo donas. Una vez invitaba yo. La siguiente, vos. Y así era siempre. Me besabas el cuello para despedirte. Me llamabas para darme las buenas noches, y yo, pura sonrisa. Era un juego. Los dos sabíamos que era un juego. Los dos sabíamos cómo jugarlo. Y nos gustaba. Nos gustaba jugar con nuestras piernas debajo de la mesa, en público, lo sé. Y lo sé porque recuerdo tu sonrisa de lado - esa mueca. Ahora agradezco que no hayamos pasado de las mesas y del café. Hubiera acabado con el recuerdo. Con la fantasía.

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