3 abr 2010

Letras

Pasé toda la semana envenenándome con tu nombre. Tiene siete letras. Cuatro vocales y tres consonantes. Maldita sea. Si algún día escribo mis memoirs evitaré todas y cada una de ellas. Entonces, "decena" se escribiría "dece", y "cremallera", "celle". Inventaría nuevas palabras, nuevos significados. Escribiría nueva, refrescante y novedosa poesía. Vos perderías todo el sentido sintáctico, lingüístico, semántico, morfológico y fonético. Tu nombre se escribiría " ". Y así. Sería feliz sabiendo que no llenás ningún espacio. Si se me antojase, así como se me antojan los chocolates o el vino tinto, también podría sólo escribir con las letras de tu nombre. Así, "análisis" se escribiría "anii", y "cabaretera", "aara". Sería todo nuevo, reconfortante. Pero he decidido, mejor, usar todas las letras. Todas, menos tus palabras, que son escasas, pobres y miserables. Prefiero escribir yo, escribir cosas como "cobarde" o "15 de agosto". Escribir "éxtasis" sin culpa, sin remordimiento. ¿Qué culpa tienen las letras, si no son ellas quienes te dieron un sentido? Tu nombre no es nada. Si te mato yo, si te elimino yo de mis letras, te convertís en nada. Yo aquí tengo el poder. Simplemente, aún no me he decidido por eso. Pero algún día, cuando alguien merezca mis versos y no lleven tu nombre, sabrás que has muerto para siempre. Sólo mi poesía hace que el mundo recuerde tus cobardes y miserables trozos.

1 comentario:

Nina dijo...

Excelente.... simplemente