cuando vengás, sin cadenas y sin miedos, habrá un refugio entre mi oreja y mi cuello para que enterrés tus deseos más perversos. y no voy a escucharlos. voy a ser una caja y una camisa de fuerza. pero eso, para cuando vengás sin cadenas. para mientras, soy pimienta y soy opio.
2 comentarios:
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hasta se me ocurren un par de chavas que se lo merecen
sin cadenas y sin miedos... muy difícil que una persona no tenga cadenas ni miedos no?
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